jueves, 2 de mayo de 2013

Camino 14 kilómetros y el piso seguía húmedo, aun siendo de noche los reflejos del agua en el piso lo hacia evidente: había sido una fuerte lluvia, tal vez la mas tormentosa y electrificante lluvia de el ultimo año.

No sentía los pies desde los primeros 5 kilómetros de caminata, con la humedad y el frió le costaba dar un nuevo paso pero al rendirse ante la inercia dejo de importarle y la sensación de dolor desapareció para volver al día siguiente como una fría venganza. No podía maldecir mas a los chóferes que habían decidido no trabajar aquel día, no se, tal vez sabían que se caería el cielo y querían castigar a la población por todas las burlas y quejas que recibían constantemente desde el aumento de precio por unos miseros centavos...

Como su servil y publico trabajo no podía posponerse un solo día se vio obligado a recorrer toda la ciudad a pie para presentarse a su mediocre trabajo, el lo odiaba pero si no vendía su invaluable tiempo a precios minimalistas para hacer ricos a terceros no le alcanzaba para comer la semana entrante.

Finalmente, y luego de horas de agonía y cansancio llego a casa, no le preocupo dejar el suelo parquet totalmente mojado con el rio que dejaba tras de si por estar bajo tremenda lluvia y entro directamente a la ducha, con ropa y todo giro el grifo y continuo mojándose, esta vez bajo una cómoda y cálida bienvenida, poco a poco se fue desvistiendo, sacando del bolsillo su celular -de unos cuantos cientos de dolares, regalo de una tía lejana-, su billetera y todas sus notas de trabajo arruinadas.

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